miércoles, 22 de enero de 2014

"Motivao"


Todos los que sois padres habréis comprobado como el lenguaje de los hijos deja anticuado al nuestro. Así nosotros hablábamos del “insti”, “las mates” (“mate” los vascos), “molar”…

Pero eso cambia radical en unos años. Lo que para nosotros era claro y comprensible de repente deja de tener sentido. Y los jóvenes tienen lenguaje nuevo que de repente no entiendes. No es que al “insti” ahora le llamen “tuto”, es que de repente hay significados nuevos que no conoces.

Y es así como nuestro hijo (de La Parienta y mío) llego un día a casa cabreadísimo con un amigo:

-Pero ¿qué ha pasado?

-Que me ha dicho que soy un “motivao”…

Intentamos explicarle que ser una persona motivada no era negativo, que era un elogio en algunas cosas… Su mirada de desprecio fue de lo más elocuente. Nos dimos cuenta que algo fallaba.

Así que tras dejar amainar la tormenta, empezamos a investigar el significado de la palabra “motivao”.

“Motivao” lo usan como una descripción de algo así como entre intenso y plasta. Un tío que da mucho la brasa con un tema, que lo saca a colación cada 2 por 3, es un “motivao”. Los del equipo de futbol sala, que están todo el día haciendo colectas y entrenando sin parar, son unos “motivaos”. El profesor que es fan de la historia de su pueblo y les da charlas y organiza visitas, es “motivao”, los cuatro pelotas que le siguen la corriente, “unos motivaos”.

Se trata de no salirse de la normalidad, lo guay es no destacar, ser uno más de la masa, no llamar la atención.

Y al entenderlo, lo hemos empezado a incorporar a nuestro lenguaje. Y un día que nuestro hijo daba mucho la lata con ir a patinar:

-Ya vale, que eres un “motivao“ del patinaje

Y se llevó un susto.
pero es que la expresión tiene gracia.